El 1 de septiembre de 1962 ingresé al colegio Sánchez y Cifuentes, a trabajar como portero de la institución, cuando estaba como Rector el P. Alberto Haro. Brindé mis servicios durante 26 años a los salesianos, quienes fueron muy amables y buenos conmigo, con los cuales jamás tuve incomodidades.
Prácticamente, puedo considerar como el mejor de los colegios porque prima la disciplina y el orden y donde existe esto, hay aprovechamiento del alumnado. Estuve presente en años difíciles para los salesianos y vi como pudieron salir de sus problemas. Abandoné el establecimiento por mi edad pero se me hizo muy difícil salir porque me consideraban parte de la familia salesiana. Estos recuerdos que tengo jamás se borrarán de mi vida, porque esta comunidad salesiana me brindó su confianza y siempre creyeron en mí. A a mis 90 años de edad agradezco a los salesianos de la ciudad de Ibarra por darme la oportunidad de trabajar y por siempre ser tan atentos conmigo.
Don Alfredo Carranco
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