GRATITUD A MI QUERIDO COLEGIO

Fue en el año 1970 cuando inicié mis estudios en el colegio Sánchez y Cifuentes, regentado por los salesianos. Entre sus profesores, destacaba la presencia de un polifacético sacerdote llamado Guillermo Torres, cuya memoria era prodigiosa. Debido a una parálisis facial tenía una forma peculiar de mirar y hablar, aunque esto no era problema a la hora de enseñar música y canto en el Ciclo Básico.

En una prueba de música, el Padre Torres nos pidió que escribiéramos la letra del himno a Ibarra, algo imposible para mí pues la Primaria la realicé en el cantón Antonio Ante, donde no me enseñaron el himno del cantón Ibarra, así que escribí la letra del himno al cantón Antonio Ante. El Padre Torres calificó mi esfuerzo y felicitó mi “astucia”, pero me hizo cantar todo el himno frente a mis compañeros.

Me siento honrado de ser el primer ex alumno salesiano del Sánchez, ordenado sacerdote hace 28 años. Por eso mi gratitud al colegio, a los salesianos y, de manera especial, a Cristo que me llamó y a la Santísima Virgen que guía y cuida mi sacerdocio.

Mis palabras de aliento para las nuevas generaciones de corazones “manzanillos”, para saber llevar con honor el nombre de Jesús y de María, con el mismo sentimiento de Don Bosco.

Gilberto A. Cerón F.

Sacerdote Diocesano

Promoción 1975 – 1976

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