La amistad los recuerdos, los recreos, las aulas, el servicio especial, todo queda guardado en mi corazón, y es que se aprendió a conocer gente buena, sincera, y en la mejor etapa del ser humano, aprendimos a conocer que como cualquier adolecente curioso, y las reuniones y las risas interminables, eso sí acompañado, siempre del entrenamiento de básket todas las tardes, para prepararnos para el intercolegial año tras año, el cual era organizado por la Federación Deportiva Estudiantil de Imbabura; esto si siempre sin descuidar las materias, pues si nos exigían, y debíamos ser los que dábamos el buen ejemplo, para que nos puedan dar permiso tanto los profesores, como los padres de familia, que en mi caso, era la misma persona, pues tuve la oportunidad de que mi señor padre el Dr, Hugo Andrade Jaramillo fuese mi maestro de matemática, por todo el ciclo diversificado, y por ser una materia fuerte, debía esforzarme más para ser uno de los mejores del curso en esta asignatura, y más la responsabilidad, pues los profesores, eran buenos amigos de mi padre, y siempre estaba en continuo seguimiento académico por parte del profesor de matemática. Recuerdo que ya en 4º curso tuve un partido de básket en la ciudad de Quito, representando a la provincia de Imbabura, y se iba a realizar un partido amistoso, con la selección de Pichincha, nada más ni nada menos que en Coliseo General Rumiñahui, de la capital, y al día siguiente tenía un examen parcial de Lógica y Etica, con el Lic, Antonio Taboada, el acuerdo con mis padres, fue que si me iba bien en dicho examen podía seguir practicando todos los días en el Coliseo Luis Leoro Franco, para la selección de Imbabura, caso contrario, si obtenía una mala nota, debía dejarlo todos los entrenamientos; y si, a verdad me tocó ir estudiando durante casi 3 horas en el bus que nos dirigía hasta la capital, de la misma manera al regreso a la ciudad blanca, no sin antes tener un buen partido, de los que estábamos acostumbrados a dejar todo en la cancha… como tantos logros y triunfos dejamos a la institución y a la provincia.
Al día siguiente, al ser una materia un poco exigente, tuve la oportunidad de memorizar todos los conceptos, y logré sacar una buena nota en dicha asignatura.
Tuve compañeros que, a pesar de nunca más volverlos a ver, otros aún estamos en comunicación, y otros que tuvimos la suerte de seguir estudiando en la universidad, uno de ellos es Marco Cisneros, una excelente persona, padre de familia, y sobre todo amigo, que no tuvo la oportunidad de realizarse como profesional, pues al poco tiempo de graduarse como Ing. Ambiental de la Universidad Central del Ecuador, sufrió un grave accidente automovilístico, y perdió la vida, al instante, dejando en orfandad, a 3 niños pequeños y una joven mujer viuda; a ti Marco, a todos los compañeros, gracias por marcar un legado importante en mi vida, que siempre lo llevaré en mi corazón.
Por siempre Manzanillo…
Xavier Andrade Puente
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