Fue en el año 1970 cuando inicié mis estudios en el colegio Sánchez y Cifuentes, regentado por los salesianos. Entre sus profesores, destacaba la presencia de un polifacético sacerdote llamado Guillermo Torres, cuya memoria era prodigiosa. Debido a una parálisis facial tenía una forma peculiar de mirar y hablar, aunque esto no era problema a la hora de enseñar música
Mi etapa de estudiante en el colegio fue maravillosa. Lo que más recuerdo es el compañerismo existente ya que hasta ahora seguimos en contacto y nos unen lazos de sincera amistad, puedo afirmar que fue una buena elección haber ido al colegio Sánchez y Cifuentes. El primer recuerdo que tengo al escuchar el nombre de mi colegio son los paseos
El colegio Sánchez y los salesianos me han enseñado a tener siempre esa lucha, ese coraje de afrontar la vida, de no quedarse con cualquier problema. Esa es la forma de los salesianos, de quienes aprendimos el “siempre luchar y no dejarnos vencer”. Fue una buena decisión ir al Sánchez, colegio al cual toda mi familia ha ido y sigue
El recuerdo de mi paso por el Colegio Sánchez y Cifuentes es uno de los mejores de mi vida, no sólo por la formación en valores y preparación académica, también por el gran compañerismo que hasta el día de hoy hemos conservado. Cada vez que nos reunimos recordamos la excelente experiencia que vivimos. La formación que recibimos al graduarnos del
Ingresé al colegio cuando los salesianos llegaron en 1961. Aunque al principio se dieron algunas dificultades por la transición, los salesianos se fueron ganando el cariño del alumnado. Guardo los mejores recuerdos de la formación recibida. Lo que más recuerdo de esa época es que en el colegio, que había sido 24 años dirigido por la Curia, se tenía una
En octubre de 1962 crucé la puerta del colegio, muerto del miedo de empezar la secundaria. Pero en menos de una semana ya estaba hecho a la vida del “Sánchez”. Cuando ingresamos los del 62, los salesianos habían dirigido el colegio por un año. Como ese fue de transición, en realidad, la nuestra era la primera promoción salesiana. Nos iniciamos
Los mejores recuerdos que uno tiene son los del colegio. El Sánchez y Cifuentes marcó cimientos de ética, eficiencia y moral en todo mi convivir, teniendo en comunión a Dios y a la ciencia. Recuerdo al Dr. Ernesto Flores, Dr. Honorato Cobo, a Don Carlos Barahona y a muchos más profesores que en los diferentes cursos, sembraron en mí la
Entré al colegio en 1946, siendo Rector el Dr. Jorge Eduardo Jirón. Recuerdo a los grandes licenciados de ese entonces, el Dr. Ernesto Flores, Carlos Suarez Veintimilla, Carlos Barahona, Arsenio Torres y así tantos otros. Entre profesores y alumnos fuimos formando ese espíritu sanchista, en donde, la familiaridad, la cortesía, la cultura, el respeto y la amistad marcaban nuestras vidas.
Son muchos los recuerdos que guardo de mi querido colegio. En ese entonces el Sánchez y Cifuentes era gratuito por lo que nunca existió distinción social, donde sólo se matriculaban los estudiantes que en verdad querían estudiar y tener una buena formación moral, religiosa y científica. El Padre Ernesto Flores tenía su fama de severo, inspiraba respeto solo con su
Mi educación secundaria fue cuando el colegio era manejado por la Curia Diocesana y estaba ubicado frente al seminario. Fui deportista, capitán del equipo de básquet; ganamos un campeonato en Riobamba; me encantaban la Literatura y las Ciencias Sociales. Seguí la especialidad Filosófico Social; recuerdo al Inspector Carlos Barahona, ex militar quien forjó el carácter del colegio, él fue el