Era el año 1988 culminando la primaria Sexto Grado, asustado y a la vez emocionado de escuchar a mis padres, familiares y amigos que la secundaria tengo que seguir estudiando en uno de los mejores de la ciudad de Ibarra, de la Provincia de Imbabura y del País, formar parte de tan prestigioso establecimiento el “COLEGIO SALESIANO SANCHEZ Y CIFUENTES”,
La amistad los recuerdos, los recreos, las aulas, el servicio especial, todo queda guardado en mi corazón, y es que se aprendió a conocer gente buena, sincera, y en la mejor etapa del ser humano, aprendimos a conocer que como cualquier adolecente curioso, y las reuniones y las risas interminables, eso sí acompañado, siempre del entrenamiento de básket todas las
La gran expectativa y emoción de niño finalizando la escuela para luego ingresar al Colegio Sanchez y Cifuentes era tan grande, que recuerdo contar los días de vacaciones faltantes para el primer día de aquel nuevo año lectivo 1987. Amigos, familiares me decían que estaría en el mejor Colegio, “te empezarán a decir Señor”, “aprenderás de los mejores profesores”, “ten
(…la encontré un viernes a las 17h36) “Y es que cuando uno sacude el cajón de los recuerdos….son los recuerdos los que terminan sacudiéndolo a uno…” Andrés Castuera. Termino de empacar mis libros….ropa y calculadora se mezclan en una mochila gigante azul de montañista, afuera del edificio de mi universidad llueve, truenos típicos de las 14h00 en Sangolquí. Anorak y
Quienes hemos tenido la suerte de educarnos en este plantel recibimos una formación cultural y científica excelente, sustentada en normas de disciplina constructiva y valores éticos y morales importantes. Durante mis años de estudio fueron rectores tres distinguidos y valiosos sacerdotes: Dr. Jorge Eduardo Girón, Dr. Ernesto Flores y Dr. Carlos Suárez Veintimilla, a quien recuerdo con admiración y respeto.
Tuve el honor de estudiar en el “Sánchez y Cifuentes”, de obtener allí mi bachillerato y de recibir una amplia y sólida formación en valores, que complementando los que al mismo tiempo me inculcaban en mi hogar, se convirtieron en los cimientos irremplazables para levantar el edificio espiritual de la honestidad, el esfuerzo, el patriotismo, la solidaridad y el servicio
Estar en el colegio fue una etapa muy grata para mí: en el deporte, en la vida estudiantil las experiencias que tuve con los profesores, que te enseñan el día a día; siempre te forman como persona; luego que te gradúas extrañas la etapa colegial. En los deportes intercolegiales poder demostrar el amor al colegio en cada encuentro que disputábamos
Recuerdo que la música fue algo importante en la época del colegio ya que en aquellos tiempos sólo mi colegio, el colegio Teodoro Gómez de la Torre y el colegio San Francisco disponían de un grupo de música moderna en el que yo pudiera dedicarme a lo que me apasiona, la música. Ahora, gracias a mucha dedicación y disciplina, en
Recibí una excelente formación por parte de mis profesores; todas esas enseñanzas y valores los estoy aplicando hoy en día como un profesional. Esa base nos ha permitido alcanzar los objetivos y metas que nos habíamos propuesto como jóvenes y ahora lo estamos viendo, siendo padres de familia, siendo hermanos, siendo hijos y profesionales. Lo primero que recuerdo del colegio
Ingresé al colegio a primero de bachillerato en 1979, a Físico Matemático. Recuerdo al licenciado Víctor Núñez, un hombre enérgico que podía ser muy duro pero un buen docente. Me desenvolvía muy bien en mis materias de especialidad. Mi licenciado de dibujo fue José Naranjo, que con el paso de los años, cuando entré a la vida política nos encontramos